sábado, 11 de agosto de 2018

NO EXISTE UN CONCEPTO PARA DEFINIR EL POPULISMO



Introducción
Por todas partes se habla y se escucha del populismo en los debates políticos y en los medios de comunicación. No hay día en que no leamos columnas en la prensa norteamericana, europea, América Latina, en Perú y hasta incluso en Apurímac, que nos adviertan sobre alguna amenaza populista  en algún lado, de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Perú. Incluso dentro y fuera de los Estados Unidos se suele acusar a algunos políticos de ser “populistas”. Es como si fuera una especie de plaga desconocida, está por todas partes y nadie puede explicar del todo cómo se ha expandido tanto. ¿Pero qué quiere decir “populismo”? ¿Existe realmente una “amenaza populista” que esté afectando a las democracias de todo el planeta? O podemos estar de acuerdo con algunos autores por ejemplo. Edward Shils que habla del populismo como una ideología de resentimiento contra un orden social impuesto. En  América Latina podemos mencionar a Ernesto Laclao quien da un sentido positivo al populismo en su libro la razón populista. Podemos mencionar que el populismo no está definido hasta nuestros días.

Argumentación
En debates políticos, en discusiones políticas y en los medios de comunicación, el concepto de populismo solemos escuchar como una amenaza en una sociedad. Pero no existen en el mundo personas, movimientos, partidos políticos que se autodefinan de esa manera de crear amenazas para la sociedad.
El populismo fue adoptado por el sociólogo Edward Shils aunque con un sentido completamente novedoso. En la formulación de (Shils, 1996) populismo no refería a un tipo de movimiento en particular, sino a una ideología que podía encontrarse tanto en contextos urbanos como rurales y en sociedades de todo tipo.  El filósofo post-marxista (Laclau, 2005) propuso un sentido más para nuestro término, completamente diferente a todos los anteriores. La influyente obra de Laclau planteó la necesidad de reemplazar la noción de lucha de clases, entendida como una oposición binaria fundamental que se generaba por la propia naturaleza de la opresión de clases, por la idea de que en la sociedad existe una pluralidad de antagonismos, tanto económicos como de otros órdenes.
Las definiciones sobre populismo son diversas y confusas, sin embargo expresamos algunas definiciones que son las siguientes:
 (Savater, 2016) “El populismo es la democracia de los ignorantes. Lo que es la democracia para las personas cultas, una forma de gobierno que genera esperanzas y la forma civilizada de vivir en sociedad, es sustituida por el populismo, que es una degradación destinada a los ignorantes”.
(Peters Wills, 2009) dice que populismo es “ todo credo o movimiento basado en la siguiente premisa principal: la virtud reside en el pueblo autentico que constituye la mayoría aplastante y en sus tradiciones colectivas”.
El Populismo” para (Shils, 1996) designaba “una ideología de resentimiento contra un orden social impuesto por alguna clase dirigente, de la que supone que posee el monopolio del poder, la propiedad y la cultura”. Shils: implícitamente compartían una mirada normativa sobre cómo se suponía que debían ser y lucir las verdaderas democracias. Así, en el mundo académico el concepto de populismo mutó de un uso más restringido que refería a los movimientos de campesinos o granjeros, a un uso más amplio para designar un fenómeno ideológico y político más o menos representativo. Para la década de 1970 populismo podía referirse a tal o cual movimiento histórico en concreto, a un tipo de régimen político, a un estilo de liderazgo o a una “ideología de resentimiento” que amenazaba por todas partes a la democracia. En todos los casos, el término tenía una connotación negativa.
(Peter Worsley, 2014) entiende que el populismo es “la ideología de las pequeñas gentes del campo amenazadas por la alianza entre capital industrial y el capital financiero”.
Sobre la Razón Populista, (Laclau, 2005) entendió que  todo cambio político en un sentido progresista pasa por constituir al pueblo como un actor político colectivo. El hecho es que Ernesto Laclau decidió llamar a eso populismo, con lo cual, contrariamente a los académicos del pasado, le otorgó a ese término un sentido positivo. Como consecuencia de la propuesta teórica de Laclau, por primera vez algunos referentes e intelectuales de ciertos movimientos políticos por caso el kirchnerismo en Argentina y Podemos en España comenzaron a llamarse populistas a sí mismos, desafiando de ese modo el sentido común según el cual ser populista era algo malo. Y a su vez, eso alimentó a los liberales, dándoles más motivos para creer que existe una “amenaza populista” acechando la ciudadela de la democracia.
(Edward Shils, 1996) dice: “el populismo se basa en dos principios fundamentales: la supremacía de la voluntad del pueblo y la relacion directa entre pueblo y el liderazgo”.
(Ilogel Fallers, 2010) sostiene que el populismo es una ideología por la cual “la legitimidad reside en el pueblo”.
El término “populismo” tenía entonces una dinámica expansiva ya en sus usos académicos. Pero al volverse de uso común, especialmente en las últimas dos décadas, se descontroló completamente. Casi cualquier cosas puede ser llamada “populismo” en la prensa de hoy.
Populista” se ha vuelto una especie de acusación banal que se lanza simplemente para desacreditar a cualquier cosa o adversario, buscando asociarlo así con algo ilegal, corrupto, autoritario, demagógico, vulgar o peligroso. Algunos gobiernos latinoamericanos que en los últimos tiempos no se alinearon con Estados Unidos o con el FMI son por supuesto los blancos preferidos por ejemplo: Venezuela, Nicaragua, Argentina, Bolivia, Paraguay, Ecuador y Brasil son o han sido atacados por la amenaza “populista” que proyectan sobre las democracias de la región.
Y sin embargo, en los debates recientes cualquier tipo de comentario o idea que no sea total y completamente amigable hacia los empresarios recibe el mote de “populista”. La Cámara de Comercio de los Estados Unidos declaró recientemente que son “populistas” todos los que tratan de “eliminar el sistema de capital libre y abierto.” A Obama se lo acusó de serlo sólo por decir que le gustaría que los millonarios paguen un poquito más de impuestos. El Wall Street Journal llamó “populista” a Hilary Clinton porque dijo que el Congreso debería “enfocarse en la creación de empleo y en los ingresos de las familias de clase media”.
En los debates actuales populismo significa mucho más que ser amistoso  con la clase baja, sea en términos de políticas concretas o simplemente de manera discursiva o tomar medidas que desagradan a las élites políticas, Porque, supongamos por un momento que manifestar cercanía hacia la clase baja fuera algo que se aparta de los ideales de las democracias normales, aceptemos todo eso por un momento.


CONCLUSIÓN
Populismo se ha convertido en un término de combate profundamente ideologizado. Su valor como concepto para entender la realidad, si alguna vez lo tuvo, se ha extinguido. En los usos actuales, puede referir a una familia de ideologías, a una variedad de movimientos políticos, a un tipo de régimen, a un estilo de gobierno, a un modelo económico, a una estética o a un tipo particular de apelación política. Todo eso mezclado y sin ninguna claridad analítica. Populismo funciona obviamente como término peyorativo, orientado a desacreditar a quienes se lo aplica.
Lo que quiero decir, en resumidas cuentas, es que no hay un concepto definido de populismo” no existe.  Porque es un término que mete en una misma bolsa cosas que no pertenecen a un mismo conjunto.  Pero podríamos citar a Ernesto Laclau, se ha apartado de esa línea para delinear una compleja reivindicación del populismo. El populismo no es el demonio; es seña de la operación política por excelencia: la construcción imaginaria de un nosotros. A lo largo de su prolífico trabajo académico, Laclau ha tratado de entender el papel de los actores políticos en la historia desde una perspectiva que él llama postmarxista.

            Autor: Michael Rivas Baca
            Institución: Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac
            Email: Michael.rsba@gmail.com


sábado, 22 de julio de 2017


¿QUIEN ES UN POLITÓLOGO?

Soy conocedor de que en muchas oportunidades, cuando manifiesto que estudio Ciencia Política y Gobernabilidad, los hombres creen y se ponen la idea que seré corrupto, como también algunas personas al escuchar algo de política se callan y opinan “sin comentarios”, otros consideran que seré un buen político, todo por estudiar ciencia política, probablemente es que no consideran o no toman importancia de la primera palabra que es ciencia, llevado a las ciencias sociales que estudia el comportamiento del hombre en la sociedad y sus formas de organización y teniendo como objetivo fundamental, interpretar, comprender y explicar los fenómenos sociales, analizando las manifestaciones del ser humano como sujeto social. Desde el momento que ingrese a la Escuela Académico Profesional de Ciencia Política, hasta los días de hoy me tomo el tiempo en aclarar a las personas que preguntan sobre la carrera que estudio, que la ciencia política no crea un perfil de políticos sino estudiosos y analíticos del ejercicio del poder político, también se encarga de desarrollar la teoría del Estado que es la principal forma de organización social. 
 No me dejaran mentir los compañeros que estudian Ciencia Política que a ellos también les pasa lo mismo cuando interactúan con la sociedad.
 Mencionado de esta manera, podemos manifestar que la ciencia política es una ciencia social que se dedica a la investigación de la acción política como un fenómeno internacional e imprescindible, cuyo objeto de estudio son los mecanismos de poder que se ejercen a través de la política, las relaciones de conflicto y la dominación ideológica, económica y social que genera su aplicación en la sociedad. Actualmente podemos decir que la ciencia política se encarga, de analizar el ejercicio del poder político, las actividades estatales, la gestión pública, el marketing político, el régimen de partidos, los procesos electorales y la teoría del Estado, entre muchos otros temas. Es imprescindible contar con conocimientos de economía, historia, sociología y otras ciencias sociales, que iremos tocando en el transcurso de nuestra formación académico profesional. El politólogo está en condiciones de examinar, estudiar, observar, averiguar, comparar, analizar y clasificar diferentes sistemas políticos en el ámbito de la sociedad.
  Si hay alguien que debería de tener el máximo cuidado al usar las palabras de la política es sin duda los estudiosos de la ciencia política, el politólogo. La transparencia y la limpieza de nuestras ideas, constituyen el primer y más importante principio de nuestra ética profesional como politólogos. La manipulación de las palabras de las ideas debe dejarse a los políticos. El autor que empleo el término “politólogo” fue Giovanni Sartori quien falleció el 4 de abril de este año 2017. Sartori trató de conseguir dos objetivos para definir la ciencia política. El primero, diferenciar clara y convincentemente la ciencia política de todas las otras disciplinas que legítimamente se dedican con diversas maneras y métodos a analizar la política. El segundo objetivo fue el de fundar y utilizar la ciencia política como un saber aplicable, un conjunto de conocimientos y de cuasi teorías que no permanecen estancadas y ajenas de la realidad, si no que tratan de explicarla en el tiempo que van aportando la claridad del ordenamiento de las ideas.
 ¿Qué es lo que tenemos que hacer para ser un buen politólogo y estudioso de la ciencia política? En primer lugar, vamos a tener que sacrificarnos y así dedicarnos a investigar, plantear e incidir en las diversas relaciones sociales de manera crítica, creativa, objetiva y rigurosa de la realidad sociopolítica, así para plantear estrategias de solución y transformación de la realidad. De la misma manera tenemos que tener una formación en la gestión pública, economía, historia, sociología, relaciones internacionales, estar capacitados para poder gestionar y administrar las instituciones y dando un modelo de desarrollo a la sociedad mediante un plan. Toda esta formación nos permitirá tener una observación de nuestro entorno de manera global y critica.
¿Cuál es el campo ocupacional del estudioso de la ciencia política? acá les muestro un dato bien importante que nos da nuestra Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurimac, sobre el campo ocupacional de nuestra Escuela Académico Profesional Ciencia Política y Gobernabilidad. Nosotros como politólogos podemos ser funcionarios Públicos de instituciones gubernamentales y no gubernamentales; formulando políticas públicas, planeamientos estratégicos y programas sociales en diversas áreas de gobierno, ejecutando su implementación y evaluación, asegurando eficiencia, eficacia y legitimidad.  Otro campo es que tenemos la capacidad de ser asesor de: gobiernos, legisladores, juristas, consejeros, regidores, diplomáticos, ministros; dirigentes, sindicatos, partidos políticos, medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales. Podemos ser dirigente político: Presidente y vicepresidente de Estado, ministro, diplomático, congresista, alcalde, consejero, regidor; ocupando estos cargos en el gobierno nacional, embajadas, organismos internacionales, parlamento, gobierno local, y gobierno regional. Entrándonos más a ser Investigador, analista y consultor de la actualidad socio-política regional, nacional e internacional contribuyendo a su comprensión y difundir estos estudios a través de los medios de comunicación escrita, radial y televisiva. Puedes ser Negociador, mediador y árbitro de relaciones interinstitucionales, e internacionales, de comunidades campesinas en conflicto. Como también podemos ser docente de ciencias sociales y conferencista en universidades e institutos superiores a nivel regional y nacional.

Al estudiar la carrera profesional de ciencia política, que es nueva en el ámbito sociopolítico nos damos cuenta que nuestro proceso de formación está basado en un continuo cambio, de conocimiento para el mejoramiento de nuestra labores que aplicamos en base a una investigación, que se está adquiriendo para mejorar día a día y con el objetivo de llegar a ser  un buen politólogo, con las competencias que la materia nos ha suministrado; con responsabilidad, siempre a la expectativa del cambio, para mejoras de un mejor servicio y dar soluciones a una sociedad o comunidad ansioso de conocimiento y con deseos de crecimiento incesante.


“Nunca he conocido a nadie tan ignorante del quien no pudiera aprender algo” (GAUTAMA)

                                         Autor: Michael Rivas Baca
                               Estudiante de Ciencia Política y Gobernabilidad (UNAMBA)
                                                                                              20 de julio del 2017

NO EXISTE UN CONCEPTO PARA DEFINIR EL POPULISMO

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